El futuro! más que un tema es una pura interrogación. No solo para el sector de la moda sino para consumidores y otros sectores que se preguntan hacia donde se encamina, tanto como concepto… ¿qué va a significar «moda»? como sistema ¿es sostenible en su modus operandi? o como fenómeno ¿la moda tiene fin o puede seguir autoreplicándose indefinidamente?
Valga como ejemplo para empezar a pensar en la utilidad de diseñar el futuro donde marcas del sector, sectores paralelos, instituciones y consumidores van a tener mucho que decir a esta pregunta de difícil respuesta. Todos son variables de esta ecuación, referentes, tendencias, lógica e imaginación es lo que resuelve.
Abriendo una primera ventana, la de la capa tecnológica que acuña futuro en si misma, estamos ya en 2016 y nos acercamos a pasos agigantados al pronóstico que en 2010 ya hacían para 2020, un retrato al que dediqué un post hace años y que no es de los que he dejado en el olvido como quizás otros:
“….Estamos en 2020, los dispositivos AR se han popularizado, más de la mitad los usa en su vida cotidiana. El más popular es el ARglasses, un par de gafas de lo más trendy, otros han optado por la nueva fantasía de lentes de contacto digital, con toda la capacidad de AR de arglasses y otros llevan nuevos dispositivos en mano. En 2020 el Augmented Reality ya se ha recuperado del momento hype que vivió a inicios de la decada, allá en los 2010 cuando se puso de moda. Ahora, en 2020, uno de los usos más desarrollados para el AR útil son las etiquetas inteligentes, que están en todas partes, se utilizan principalmente para proporcionar datos de AR, para localizar la información (en una tienda, por ejemplo), o para añadir una capa de AR a algo con movimiento, como un vehículo … o la ropa.
Aquellos primeros vestidos AR parecían adornados con incrustaciones de diamante cuando los veía a través de mis gafas AR. Ahora son el hit de la temporada, el outfit AR, exquisitos diseños de fantasía, con mucho brillo, el bling bling en su máxima expresión. Pero la última tendencia son unos novísimos y extremados diseños que parecen hechos de un material que nunca podría ser real. Anoche, vi a alguien en un par de pantalones de fuego…...”
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Lo que entonces parecía puro «faketastic»o ciencia ficción (aunque no para todos:) se acerca a nuestra realidad o mejor ya podemos decir que forma parte de ella, quizás no es un concepto ni una realidad mainstream o mayoritaría pero si una realidad al alcance de la mano vía la tecnología actual, esta y sus futuras evoluciones.
Realidad aumentada, tejidos con nanotecnología, tecnología wearable o 3d print están transformando las posibilidades de las industria de la moda aportando novedades donde salud, seguridad y confort han sido los primeras necesidades cubiertas. Todas ellas hasta la fecha muy de nicho y pocas basadas en el diseño. Pero parte de la cuestión para avanzar es vamos cubrir algunas de las que el sector siempre alimenta? ilusión y renovación, en fin «moda» en su amplio sentido.
Visitemos la película de siemens (otro de los tecnológicos que se une a la batalla de la moda + tecnología) que nos aporta un poco más de luz:
https://www.youtube.com/watch?v=fekjEtB1Gjg
Visto el escenario centremos el territorio en lo que son y serán los «smarts garments« capaces, segun el film, de expresar tu individualidad y luchar contra el insostenible sistema del fast fashion, por tanto, auguran menos piezas pero de mayor calidad y cubren de forma «inteligente» dos necesidades actuales y futuribles.
Mi primera reflexión surge al pensar en el puro concepto de «moda». Si bien es cierto que es posible y una realidad que abre esta ventana, no podemos olvidar el eje del mercado, el consumidor. Y para consolidarse hábitos de consumo y necesidades que el consumidor/a de moda tiene se han de transformar. A menudo recuerdo que la base de entender el sector es «pasearse» un ratito por la sociología de la moda y tan solo con entender que «renovar» es uno de los objetivos que cubre la moda a nivel personal y social ante la inquietud que provoca el «no cambio» en la vida de los seres humanos, empiezas a ver que en algunos puntos el sistema está «atascado» como una rueda en si misma. Y si los smart garments no empiezan a ser «moda», o la moda no deja de ser «moda» tal como la entendemos y consumimos, no avanzará en ninguno de los caminos que auguran estos «futuros», serán «smart garments» seguro pero no serán moda.
La segunda me lleva por otro camino y deriva de los primeros cambios en hábitos de consumo que ya se han materializado, hoy pagamos por «experiencias», por tanto, entonces y solo entonces quizás sustituyamos la palabra «moda» por renovar «experiencias» en vez de «cosas», (spending on experience trend) renovar experiencias que poder contar en nuestras redes en vez de los demodé «selfies» que dan lugar a tanta ansiedad de nuevo producto. En ese hipotético caso la indumentaria se tendrá que sumar a esa nueva «moda».
Dos que podrían ser tres, cuatro o más…. es cuestión de ponerse a diseñar escenarios de futuro con las variables que disponemos porque nadie dijo que los cambios fueran fáciles pero obligan a la atención y la imaginación, hoy se abren varias ventanas en cualquier sector ahora toca estar atentos a las diferentes resultados que pueden derivar de esta ecuación.
Aprendiendo a diseñar escenarios de futuro se consigue una mejor adaptación. Algunos puntos de partida en este caso, que yo no perdería de vista, son a corto y medio plazo asistir a la exposición que inaugura el MET (NYC) esta semana: Manus x Machina, Fashion in the age of technology, seguir los pasos de marcas personales como Beyoncé que son el actual «fenómeno moda», y tener bien localizados y estar atentos a los hubs de moda y tecnología que en algunas ciudades/barrios del mundo están apareciendo, uno de cuyos epicentros es Brooklyn…. más en los observatorio de Nethunting.
…. conocer es la base para diseñar y crear. Diseñamos juntos?
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