Si hace un tiempo hablaba de una de tendencias diagnosticadas como enfermedad del s.XXI derivada de nuestra nueva dimensión digital y su dificil (imposible) desconexión: FOMO (fear of missing out) hoy se lo dedico a una nueva que deriva del total dependencia al gadget que nos une a esa dimensión digital desde la palma de nuestra mano: el smartphone.
Recientemente se ha publicado un estudio para medir la dependencia que tenemos a nuestro smartphone y diagnostica según su grado de dependencia la posibilidad de sufrir lo que han demoninado como NOMOPHOBIA (no mobile phone phobia) o el grado de ansiedad que supone separarse de tu teléfono.
A quién no le ha entrado un sudor frio al no encontrar un día el movil buscando en un bolso, en casa, en los bolsillos…? todos imaginamos lo peor, nuestra vida se va al garete detrás de esa perdida, contactos, redes, fotos, notas, secretos,… da igual las copias que hayas hecho y lo guardada que tengas esa información, perder un teléfono hoy es como si te amputaran un apendice del que no solo te cuesta desprenderte sino que duele al hacerlo, es más el símil es válido hasta el límite de imaginar que una vez has asumido que no está (igual lo dejaste en casa o se quedo sin batería) tus repetidas e inconscientes acciones de ir a chequearlo no disminuyen, de forma inconsciente repites la actividad como si el apéndice «vivo» siguiera pegado a tí.
En este estudio, realizado por un par de psicólogos sociales en la Universidad Estatal de Iowa, han elaborado un cuestionario de 20 ítems diseñada para medir el nivel de un individuo de nomophobia:
1. Me sentiría incómodo sin un acceso constante a la información a través de mi teléfono inteligente.
2. Yo estaría molesto si no puedo mirar la información en mi teléfono inteligente siempre que quiera.
3. Ser incapaz de acceder a las noticias (por ejemplo, los acontecimientos, el tiempo, etc.) en mi smartphone me pondría nervioso.
4. Me molestaría si no puedo usar mi teléfono inteligente y / o todas sus capacidades cuando quiera.
5. Me asusta que se agote la batería en mi smartphone.
6. Me da pánico excederme en en mi mi límite mensual de datos.
7. Si no tengo una señal de datos o no puedo conectarme a Wi-Fi, compruebo constantemente para ver si recupero una señal o puedo encontrar una red Wi-Fi (Está es mi preferida;-)
8. Si no puedo usar mi teléfono inteligente me da miedo de quedarme bloqueado / perdido en alguna parte.
9. Si no compruebo mi smartphone por un tiempo siento deseos de hacerlo.
Si no tuviera mi smartphone conmigo …
10. Me sentiría ansioso porque no podría comunicarme al instante con mi familia y / o amigos.
11. Me habría preocupado porque mi familia y / o amigos no pueden comunicarse conmigo.
12. Estaría nervioso porque yo no puedo recibir mensajes de texto y llamadas.
13. Estaría ansioso porque no podría mantenerme en contacto con mi familia y / o amigos.
14. Estaría nervioso porque no podría saber si alguien está tratando de conectar conmigo.
15. Me sentiría ansioso porque mi conexión constante con mi familia y amigos se rompería.
16. Estaría nervioso porque estaría desconectado de mi identidad online (redes sociales).
17. Estaría incómodo porque no podría mantenerme al día con las redes sociales y los medios online.
18. Me sentiría incómodo porque no podía ver mis notificaciones y actualizaciones de mis conexiones y redes sociales online.
19. Me sentiría ansioso porque no podría ver mis mensajes de correo electrónico.
20. Me sentiría raro porque yo no sabría qué hacer.
Ahora, pese a lo dramático que parece, puedes ponerte en situación, ser sincero y responderte a tí mismo, no hay que publicarlo en facebook, ni en ninguna otra red social:) puede quedar para la observación de uno mismo y ver en que punto de ansiedad con respecto a esta tendencia estamos?
Porque si empezamos a comparar esta nomophobia con futuros gadgets que se están trabajando con toda la tecnología «wearable» sumando a la comodidad silenciosa, convertida en depencia que esta nos produce cada día de forma más creciente, solo hace falta proyectar cuantas nuevas fobias y filias vamos a sufrir en un futuro.
Además, y para acabar, sumemos a eso otra realidad derivada de la ubicuidad de la tecnología que ha cambiado las formas y los guiones tradicionales de relacionarse en esta nueva modernidad de estilo de vida. Vivimos en un mundo donde cada persona consume como promedio 417 minutos ( casi siete horas) del día delante de una pantalla y donde el 80% de los propietarios de teléfonos inteligentes comprueban sus teléfonos en los primeros 15 minutos recien levantados.
Sin duda es imprescindible parar y pensar cómo esto está cambiando la forma en como nos relacionamos con nuestro entorno, con nuestras parejas, nuestros amigos, compañeros de trabajo, con nosotros mismos, y por supuesto con las marcas! esto sería como la frase aquella que resume que en esta vida «toda evolución tiene un precio» y toda buena adaptación lleva su tiempo.
